lunes, 19 de mayo de 2014

Mi Primer Amigurumi

¡Hola Mañoseras y Mañoseros!
Sí lo sé, ni un mes y ya he fallado a mi propósito de dos entradas semanales (lunes y jueves). Ains...pero es que he tenido una semana complicada: clases, trabajo, comuniones y alguna cosilla más. Pero que no, que no es excusa, que me tenía que haber organizado de otra manera, lo sé y este error me ha servido para aprender que hay que cambiar la organización del tiempo. Espero no volver a fallaros.

Bueno, ¿qué os traigo hoy? Alguien muy feo y muy importante para mí. Hace años que me llama muchísimo la atención esto de los Amigurumis. Para los que no sepáis lo que es, el amigurumi es el arte de hacer muñecos mediante técnicas de ganchillo.
Pues eso, que me ha llamado la atención desde hace tiempo, sin embargo terminé de convencerme para probarlo después de este invierno haberme aficionado a tejer, tras hacerme varios cuellos (que ya os enseñaré más adelante, que ahora me da calor). Así que, un día cogí mi portátil y me puse a navegar por la red para ver lo que encontraba, ¡qué de cosas!, a cada cual más bonita, me convencí: ¡Yo tenía que aprender a hacer amigurumi!
Vi que lo más básico era aprender a hacer una pelota, pos venga vamos a ello, cogí unos retales de lana que tenía por casa, mi ganchillo del 5 y una almohada vieja, para sacarle la guata del relleno. Pillé el patrón de una bola (no recuerdo donde, por eso no lo pongo) y me puse ¡manos a la obra!
Ya tenía mi primera bola de amigurumi, pero ¿por qué parar ahí? si tan solo había invertido una hora en ella, me queda un poco más de tiempo, investiguemos por la red...unos minutos más tarde tenía el patrón de unos brazos, con sus dedillos y tó (qué tampoco tengo, por eso tampoco lo pongo). Pos venga, pongamosle brazos a nuestra bola, ya saldrá algo, y así lo hice, dos bracitos con sus dedillos que cosí, como buenamente pude, a la bola (digo buenamente, porque están mal puestos de narices, pero a ver, era lo primero que hacía, todo improvisando). Pero claro, para ser un muñeco necesitaba una cara, así que: cogí el fieltro y recorte un círculo blanco y otro más pequeño negro para el ojo, con lana negra hice la boca y con el fieltro blanco los dientes. ¡Qué cara más simpática! Pero...a esta cara le pinta un poco de pelo, ¡mira! aquí hay lana roja, pues...con nudos de vuelta de alondra, le engancho yo trocillos de lana para hacer el pelo. 
¡¡NURIII A CENAR!!- mi madre me reclamaba.
Muñequillo, aquí te dejo, luego seguimos poniéndote piernas.
Pero, llegó mi primilla, lo vio: ¡alá tata, que chulo!, ¡¡si se parece al de Monstruos S.A.!! (Ya sabéis la imaginación de los niños, porque yo no le veo parecido alguno, sí, que es verde y que solo le puse un ojo, por lo demás, ná de ná) Pues eso, que le gusto y así se quedo, ya no le puse piernas ni nada. Y así esta, junto al resto de amigurumis que he seguido haciendo.
Ya veis, que el pobre, es feo, feo y esta mal hecho, pero tiene muchas ganas, esfuerzo y amor, así que, para mi es MAGNÍFICO.


Por cierto, voy a ponerme a sacar el patrón de mi monstruillo. A ver si os lo puedo traer en unas semanas. Que me he dado cuenta, que tan a lo loco lo hice que no apunte patrón alguno. Otro error del que también he aprendido, ahora tengo una libreta con los patrones de los amigurumis que he ido haciendo.
Y sí, otro de los errores fue que usé un ganchillo muy grande y una lana muy gorda, pues para los amigurumis se usa normalmente un ganchillo del 2.5 o del 3 y cuanto más finita la lana mejor, pues más apretados quedan los puntos y menos se ve la guata del relleno. 


Y vosotros, ¿tenéis algún amigurumi que os de vergüenza enseñar,
pero que para vosotros sea muy especial?


Y si os gustan los Amigurumis, quedaros por aquí, que ya mismo llegarán novedades de este tema,
porque después de este estropicio he aprendido muchas cosillas 
y he descubierto que ¡¡ME ENCANTAN!!
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